Es preciso una rigurosa protección solar para la piel de los niños, especialmente la de los bebés que es mucho más vulnerable que la de los adultos frente al sol. Después del confinamiento, viendo el sol solo a través de la ventana o del balcón, su piel está aún menos preparada para exponerse a la radiación solar.
Reproducimos a continuación de la mano de una especialista en productos de protección solar, Laboratorios Expanscience, propietarios de la marca Mustela; las claves para que los pequeños puedan disfrutar del aire libre con garantías para una mayor protección solar
- Es importante evitar exponer a los niños menores de 3 años al sol durante las horas centrales, especialmente entre las 11h y las 16h, y buscar siempre la protección solar de la sombra, en caso de que haya un sol intenso, ya que justo coincide en la franja en la que los niños pueden salir a la calle, mientras se adaptan los horarios de salida.
- Siempre hay que tener en cuenta la protección solar de los niños, aunque esté nublado, y nunca dejarlos sin ropa. Más del 80% de los rayos UV atraviesan las nubes. Por eso, es recomendable siempre vestirle con ropa holgada de algodón, un sombrero o gorra de ala ancha y gafas de sol adecuadas (norma CE, categoría UV3 o 4, con montura ancha o en forma de máscara).
- No olvidar utilizar protección solar en aquellas zonas que están más expuestas al sol. Como la frente, los pómulos, la nariz, los labios, las orejas, los brazos, las manos y las piernas. Es importante aplicar, 20 minutos antes de la exposición al sol, un protector solar específicamente formulado para las características de la piel de bebés y niños y de índice SPF adecuado (50 o 50+) en cantidad abundante y, volver a aplicar la protección solar, cada 2 horas.
- Imprescindible preservar los productos de protección solar. ¿Cómo hacerlo? Muy fácil: cerrar bien el envase después de su uso, no dejarlos al sol y nunca volver a utilizar al año siguiente un producto ya abierto.