La epilepsia

La epilepsia es una enfermedad cerebral crónica que  se caracteriza por convulsiones recurrentes. Estas convulsiones son episodios breves de movimientos involuntarios que pueden afectar a una parte del cuerpo  o a su totalidad y a veces se acompañan de pérdida de la consciencia y del control de los esfínteres.

Epilepsia

Los episodios de convulsiones se deben a descargas eléctricas excesivas de grupos de células cerebrales. Las descargas pueden producirse en diferentes partes del cerebro. Las convulsiones pueden ir desde episodios muy breves de ausencia o de contracciones musculares hasta convulsiones prolongadas y graves. Su frecuencia también puede variar desde menos de una al año hasta varias al día.

Segun la Organización Mundial de la Salud (OMS), una sola convulsión no significa epilepsia (hasta un 10% de la población mundial sufre una convulsión a lo largo de su vida). La epilepsia se define por dos o más convulsiones no provocadas.

En cuanto a su historia, la epilepsia es uno de los trastornos reconocidos más antiguos del mundo, sobre el cual existen registros escritos que se remontan al 4000 a. C.

Signos y síntomas

Las características de los ataques son variables y dependen de la zona del cerebro en la que empieza el trastorno, así como de su propagación. Pueden producirse síntomas transitorios, como ausencias o pérdidas de conocimiento, y trastornos del movimiento, de los sentidos (en particular la visión, la audición y el gusto), del humor o de otras funciones cognitivas.

Las personas con convulsiones tienden a padecer más problemas físicos (tales como fracturas y hematomas derivados de traumatismos relacionados con las convulsiones) y mayores tasas de trastornos psicosociales, incluidas la ansiedad y la depresión. Del mismo modo, el riesgo de muerte prematura en las personas epilépticas es tres veces mayor que el de la población general, y las tasas más altas se registran en los países de ingresos bajos y medianos y en las zonas rurales más que en las urbanas.

Causas

El tipo más frecuente de epilepsia, que afecta a 6 de cada 10 personas, es la epilepsia idiopática, y  no tiene una causa identificable.

La epilepsia con causas conocidas se denomina epilepsia secundaria o sintomática. Dichas causas pueden consistir en:

  • Daño cerebral por lesiones prenatales o perinatales (por ejemplo, asfixia o traumatismos durante el parto, bajo peso al nacer)
  • Malformaciones congénitas o alteraciones genéticas con malformaciones cerebrales asociadas
  • Por traumatismo craneoencefálico grave
  • Por un accidente cerebrovascular que limita la llegada del oxígeno al cerebro
  • Infecciones cerebrales como las meningitis y encefalitis o la neurocisticercosis;algunos síndromes genéticos
  • Tumores cerebrales

Tratamiento

La mayor parte de los casos de epilepsia se pueden diagnosticar y tratar en el nivel de atención primaria de salud sin necesidad de ningún equipo sofisticado.
En pacientes que responden mal al tratamiento farmacológico puede resultar útil el tratamiento quirúrgico.

Prevención

En la página web informativa de Federación Española de Epilepsia (FEDE), se publican los tratamientos más frecuentes para combatir los episodios de epilepsia:

  • La primera opción para intentar evitar las crisis son los fármacos antiepilépticos (FAES), también llamados fármacos anti-crisis. El tratamiento suele comenzar con un solo fármaco en dosis bajas y se va aumentando progresivamente la dosis hasta alcanzar la máxima eficacia. En ocasiones resulta necesario combinar varios fármacos.
  • La combinación entre la terapia con fármacos antiepilépticos y un estilo de vida sano permite el control de la epilepsia en más del 70% de las personas.
  • Además de tomar la medicación prescrita, la FEDE recomienda:
    • Evitar factores desencadenantes de las crisis
    • Cuidar el sueño,  dormir las horas necesarias.
    • Mantener un horario de sueño regular
    • No consumir drogas ni alcohol
    • Evitar situaciones de estrés
    • Alimentación sana
    • Ejercicio físico

Prevención

La epilepsia idiopática no es prevenible, pero se pueden aplicar medidas preventivas frente a las causas conocidas de epilepsia secundaria.

  • La prevención de los traumatismos craneales es la forma más eficaz de evitar la epilepsia postraumática.
  • La atención perinatal adecuada puede reducir los nuevos casos de epilepsia causados por lesiones durante el parto.
  • El uso de medicamentos y otros métodos para bajar la temperatura corporal de un niño afiebrado puede reducir las probabilidades de convulsiones febriles.
  • Las infecciones del sistema nervioso central son causas frecuentes de epilepsia en las zonas tropicales, donde se concentran muchos países de ingresos bajos y medianos. La eliminación de los parásitos en esos entornos y la educación sobre cómo evitar las infecciones pueden ser formas eficaces de reducir la epilepsia en el mundo, por ejemplo los casos debidos a la neurocisticercosis.