Nunca dejamos de movernos. Ni en la vigilia, ni tampoco mientras dormimos. Aunque creas que tus noches son tranquilas y plácidas, puede que mientras duermes hables, pasees, comas e, incluso, dejes de respirar. Por suerte, cuando despertamos por la mañana, casi nunca recordamos nada de todo este ajetreo.
Durante el sueño, existen dos tipos de movimientos que dependen del cerebro: el movimiento ocular y el movimiento mioclónico. El movimiento ocular se da en los ojos que, aún cerrados, se mueven al ritmo de lo que se esté soñando. El movimiento mioclónico suele ser una señal de que el sistema motriz ubicado en el cerebro puede ejercer el control del cuerpo incluso cuando la persona duerme. En situaciones normales este último movimiento solo está inhibido durante la fase más profunda del sueño, la fase REM, como mecanismo de defensa para protegernos. Pero ¿y cuando no estás en fase REM?
Lo que te puede pasar mientras duermes
Roncar
Muy común y, si compartes cama con alguien, también muy molesto para la otra persona. Pero no es preocupante, simplemente son vibraciones de la garganta que no revisten gravedad alguna.
Apnea del sueño
Sucede cuando la garganta se cierra y bloquea la entrada del aire, de manera que impide respirar correctamente. Si la situación dura solo unos segundos y el cuerpo reacciona, en algunos casos despertándote, no supone ningún problema.
Actuar
Estás tan metido en lo que está pasando en tu sueño, que tiendes a representarlo. Puedes hacerlo simplemente gesticulando o moverte más. Incluso hay quien está teniendo una pelea en sueños y pega a quien duerme a su lado. Sin ser consciente de ello, claro.
También hay mucha gente que habla dormida -el fenómeno conocido como somniloquía-. Responde a los personajes con los que interactúa en sus sueños… pero en voz alta.
Paseos sonámbulos
Más frecuentes en la infancia. Tienen un componente genético, por lo que es normal que les suceda a diferentes miembros de una misma familia. Tal como se nos ha explicado toda la vida, no hay que despertar al sonámbulo, sino intentar que vuelva a la cama
Insomnio
Realmente no es algo que te pasa mientras duermes, sino que te pasa mientras deberías, o querrías, estar durmiendo. Las consecuencias de sufrir insomnio son duras: cansancio, agotamiento, mal genio, dolores de cabeza, dificultad para concentrarse, desgaste del sistema inmunitario… Estos seis consejos para evitar el insomnio te pueden ayudar a volver a dormir de un tirón.
Visitas a la cocina
Puede que alguna vez te hayas despertado con un agujero en el estómago y hayas decidido levantarte a comer una fruta, o un yogur, o un trozo de pan. El problema está cuando has asaltado la nevera y al día siguiente no recuerdas haberlo hecho. Se trata del síndrome de alimentación nocturna, y habitualmente se relaciona con la ingesta de alimentos altamente calóricos. Hay personas que, en alguno de estos episodios, han comido alimentos crudos o congelados.
Parálisis del sueño
Se produce cuando la persona no puede moverse ni hablar justo al quedarse dormida o al despertar. Nuestro cerebro está despierto, pero nuestro cuerpo no, y es cuando experimentamos esa sensación de parálisis. Aunque puede parecer aterrador cuando se está viviendo, le pasa a muchas personas y no suele durar más de un par de minutos.
Escuchar una explosión
Nos despertamos súbitamente, porque creemos haber escuchado una explosión, un disparo, un golpe fuerte, un timbre, una alarma… Pero es ruido solo estaba en nuestra cabeza. Es el síndrome de la cabeza explosiva.
Espasmos
Aunque los espasmos mioclónicos pueden despertar a quien los sufre, son completamente inofensivos y casi todas las personas los experimentamos de vez en cuando. Estos movimientos involuntarios son estímulos nerviosos que van desde el cerebro a las extremidades en un punto entre la vigilia y el sueño profundo y provocan que las piernas y los brazos tiemblen o se sacudan de repente. Es el llamado “síndrome de las piernas inquietas”. Algunos medicamentos, como los antidepresivos o las pastillas para dormir, pueden acentuarlos.
Por qué te pasa todo esto mientras duermes
Todos estos movimientos y acciones son bastante comunes, y generalmente no son preocupantes. A menudo están relacionados con lo que hemos hecho durante la vigilia. Es decir, si hemos tenido un día muy movido, aumentan las posibilidades de que por la noche se presente alguna actividad como las que te hemos explicado.
También pueden ser debidos a factores como el estrés, la ansiedad, el exceso de cafeína o la fatiga, por lo que un estilo de vida sana, alimentación y una rutina de ejercicios te irán bien para reducirlos. En caso de que tanto movimiento te tenga media noche en danza y te impida conciliar un sueño reparador, es el momento de consultar con el médico, que descartará enfermedades y alteraciones del sueño y decidirá si es necesario actuar. Dormir las horas necesarias, y descansar como es debido, resulta imprescindible para mantener una buena salud.