El pasado 13 de junio se celebró el Día Europeo de la Prevención de Cáncer de Piel. ¿Sabes que este cáncer es uno de los que tiene mejor pronóstico? Si se diagnostica a tiempo, el 95 % de los casos se pueden curar. Aún así, este es uno de los tipos de cáncer más comunes y en los últimos años se observa una tendencia al aumento de esta enfermedad. La buena noticia es que evitarlo es muy sencillo. Te explicamos cómo prevenir el cáncer de piel.
Sobre el cáncer de piel
Empezamos por las malas noticias: el cáncer de piel no se percibe hasta pasados veinte años de una exposición excesiva a la luz solar. Porque es el sol -en concreto la radiación ultravioleta- el mayor factor de riesgo. Necesitamos la luz solar, imprescindible para absorber vitamina D, pero debemos tener claro cuándo y de qué manera tomarla para que no nos perjudique.
Forma parte de nuestra cultura del ocio tomar el sol, y de nuestro ideal de belleza tener una piel bronceada. Pero con el tiempo, los rayos ultravioletas dañan el DNA de las células de la piel, producen mutaciones e inician un proceso de carcinogénesis que acaba en el cáncer de piel detectable. La prevención, por lo tanto, se debe realizar durante toda la vida. Las medidas preventivas realizadas en la infancia pueden ser cruciales para evitar la aparición de cáncer cuando esos niños sean adultos. El 80 % del daño solar se produce antes de los 18 años, así que la educación y protección de la infancia resultan indispensables.
Los dos tipos más frecuentes de cáncer de piel constituyen el 95 % de los casos y son altamente prevenibles y curables. Son el carcinoma basocelular y el espinocelular. Menos del 5 % son casos de melanoma cuyo pronóstico es bastante más severo. No es extraña esta gran incidencia si se tiene en cuenta que la piel es el órgano más grande del cuerpo humano.
Es muy peligrosa la exposición crónica al sol, pero también las quemaduras agudas por excesos puntuales de insolación, sobre todo en los niños y adolescentes, esto último también relacionado con la aparición de melanoma. Es importante saber que cualquier tipo de piel, incluyendo la de las personas de raza negra, puede desarrollar cáncer de piel y que debemos prestar especial atención a la cara, que es la zona más expuesta al sol a lo largo del año.
Por otra parte, existe una gran incertidumbre sobre la eficiencia de las cremas de protección solar y determinados medicamentos como agentes protectores contra el cáncer de piel. Las cremas de protección solar retrasan la quemadura por la exposición al sol, pero no se ha demostrado su capacidad para evitar el cáncer de piel. Pueden darnos la falsa seguridad de que es así, pero no debemos confiarnos. Las cremas fotoprotectoras son una ayuda, no la solución definitiva.
Cómo proteger la piel del sol
Entre las medidas preventivas que debemos aplicar para evitar la aparición del cáncer de piel se deben considerar las siguientes:
- Usar crema fotoprotectora contra la radiación UV, mínimo de factor 30. Hay que aplicar filtro solar en la piel expuesta 30 minutos antes de salir de la casa y repetirlo cada 2 horas o después de nadar o sudar.
- No exponerse al sol durante periodos prolongados, especialmente en las horas del día en las que la radiación es más fuerte (es decir, entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde).
- Usar ropa ligera que nos cubra: de manga larga, sombreros y gafas de sol cuando se está al aire libre.
- Hidratar el cuerpo de forma constante, bebiendo mucha agua.
- Mejorar la educación sanitaria de la población sobre los daños a la piel por las radiaciones ultravioletas. Es importante que las personas que tienen características de mayor riesgo (por ejemplo, piel clara en la que salen pecas y se quema con facilidad, que no se broncea o se broncea mal, ojos azules, verdes o claros, cabello rojo o rubio, patologías que les pueden predisponer al cáncer de piel…) tengan toda la información necesaria.
- Vigilancia del cumplimiento de la regulación legal del uso de dispositivos comerciales de luz UV. Los solariums pueden ser muy peligrosos.
Vigilancia para detectar el cáncer de piel
Pasar regularmente por la consulta del dermatólogo debería ser tan común como ir a una revisión periódica del oftalmólogo o del ginecólogo, sobre todo en el caso de las personas que tienen pecas y lunares. El examen precoz de las lesiones cutáneas o lunares puede detectar la presencia de un cáncer de piel.
Además de las visitas al especialista, es importante que cada uno de nosotros vigile la evolución de cualquier lesión, lunar, mancha o peca que tengamos en la piel y que nos empiece a doler o a picar. También, si notamos alguna evolución en estos sentidos:
- Asimetría o cambio de forma
- Bordes irregulares
- Cambio de color
- Diámetro superior a seis milímetros
En el futuro, un cáncer tan prevenible y tan diagnosticable de una forma poco invasiva como el de piel debería tener un control mucho mayor del que existe actualmente. Es sencillo y es posible.