En la madrugada del sábado 31 de marzo hemos adelantado una hora nuestros relojes para adaptarnos al horario de verano oficial según normas de la Unión Europea. Aunque no exento de polémica, este cambio se justifica por el ahorro energético que se produce al aumentar las horas diurnas y disminuir las nocturnas en el hemisferio norte de la tierra.
Los efectos de este cambio en la salud y el bienestar de las personas, en general, no es importante y se produce una adaptación natural al nuevo horario sin problemas en la mayoría de los casos. Sin embargo, a algunas personas sensibles y especialmente los niños, pueden sufrir problemas durante los días y las semanas posteriores al cambio de hora. La mayoría de estos problemas están relacionados con el insomnio y el cansancio.
El insomnio y el cansancio
“Es frecuente que los días posteriores al cambio de hora, cuando la adelantan, nos cueste conciliar el sueño a la hora de ir a dormir y que esto nos haga acostarnos tarde. Esto se une a habernos despertado más temprano y al final hay un efecto acumulativo. Igualmente, al día siguiente habremos tenido menos horas de sueño y si no tenemos cuidado, podemos caer en un círculo vicioso”, explica el Dr. Manuel Antonio Fernández, Pediatra especialista en Neurología Pediátrica,
“En el otro lado, cuando atrasan la hora, nos despertamos más tarde y nuestro organismo puede sentir un desfase con los días previos que nos altere nuestros biorritmos. Ocurre lo mismo al acostarnos y nos sentimos cansados y con sueño antes de tiempo. También corremos el riesgo de romper nuestros hábitos de forma definitiva, ambos tienen que ver con algo mucho más complejo de lo que parece, nuestro sistema biológico encargado de regular unas sustancias cerebrales llamadas cortisol y melatonina” -añade.
Estrategias para enfrentarse al cambio de horario de verano
- La estrategia inmediata
En esta estrategia para enfrentarse al cambio de hora, la idea es cambiar de un día para otro y de forma directa todos los hábitos diarios desde el despertar y asumir el nuevo ritmo de forma inmediata.
Aunque pueda parecer brusco, hay cerebros que se adaptan mejor a esta situación que a los cambios progresivos. En este caso, desde el mismo día del cambio de hora cambiamos de forma tajantes todos los hábitos diarios de horarios, comidas y demás para integrar lo más rápido posible esta nueva situación en la rutina - La estrategia progresiva
“En este caso, la teoría se basa en hacerlo todo de forma mucho más progresiva e ir adaptando nuestro horario poco a poco desde unos días antes y hasta unos días después a razón de unos 10-15 minutos al día. Por ejemplo, en los casos en los que hay que adelantar la hora, ir adelantando nuestra hora de despertar desde unos 4 días antes a razón de 15 minutos al día o 10 minutos al día 3 días antes y otros 10 minutos al día durante 3 días más” – explica Manuel el Dr. Antonio Fernández - La melatonina.
Es una sustancia natural que regula el sueño y que se puede usar consultando al farmacéutico en caso de que persistan los trastornos del sueño. La melatonina se lleva usando muchos años para regular el sueño. De hecho, una de las primeras situaciones en las que se usó fue en los viajes de avión intercontinentales o en cualquiera que llevara a un lugar con otro huso horario.